Entrevista a David Brito, Profesor de Project Management y Sostenibilidad en el European University Business School de Barcelona. David cuenta con una amplia experiencia, tanto en el sector público como en el privado, en temas de planificación urbana con un enfoque de sostenibilidad. Ha liderado varios proyectos de Master Planning y ha asesorado instituciones públicas de ciudades -como Londres y Nueva York- en las decisiones estratégicas de planificación de proyectos urbanos.

Por: Laura Moreno Segura @IdenCity_World. Foto: Paso del huracán Sandy por New York, 29 de octubre del 2012. (Crédito: Getty Images / Christos Pathiakis)

 

1. Me gustaría que empezáramos hablando de la relación entre el planeamiento urbano y los desastres naturales. A partir de tu experiencia ¿qué tan naturales son los desastres? o ¿qué tanta responsabilidad tiene la manera en la que se planifica la ciudad frente a la escala del desastre?

Hoy en día sabemos que tenemos que afrontar el reto que presenta el cambio climático, que trae consigo el incremento de desastres naturales. En el caso de Nueva York, desde hacía casi cien años que no llegaba un huracán de gran magnitud; sabíamos que era posible pero no pensábamos que pasaría. El ayuntamiento ya contaba en el año 2007 con un plan de sostenibilidad para toda la ciudad, pero la implementación de éste se enfocó en aspectos de calidad de vida, eficiencia energética, entre otras temáticas, pero no se centró en preparar a la ciudad para los desastres. Por tanto, cuando el huracán “Sandy” llegó a Nueva York en el 2012, la ciudad no estaba preparada.

Para entonces yo estaba trabajando en New York State Parks. Teníamos un parque en el Bronx que construyeron en los 60’s y que no tenía recursos para su mantenimiento. Durante el proceso de diseño pasó Sandy. Por suerte no hubo pérdidas humanas pero el huracán afectó de manera significativa el parque como consecuencia del desbordamiento del río más cercano (el nivel del río subió más de un metro). Las principales problemáticas fueron los edificios cercanos inundados, las infraestructuras de electricidad destruidas… no estábamos preparados para esta situación. Así que se tuvo que planificar toda una nueva infraestructura y pensar en cómo diseñar un nuevo plan capaz de evitar que el parque se volviera a inundar y que, a su vez, permitiera salvar el inmobiliario urbano – con el agravante que el agua era salada-. La solución y la parte más interesante del plan fue diseñar un pantano artificial con la idea de conseguir dos cosas: (I) absorber el agua; y (II) traer la naturaleza dentro del parque. Es decir, queríamos crear un hábitat para los insectos, peces, aves y otros animales, así que utilizamos plantas que pudieran sobrevivir al agua salada y recreamos el ecosistema de los pantanos. El plan también previó que esta zona del parque se constituyera en un área de descanso y en un espacio destinado a la educación medioambiental. Así que, evidentemente, la planificación es una aliada estratégica en la prevención de desastres y en los procesos de reconstrucción.

David Brito, Profesor de Project Management y Sostenibilidad en el European University Business School de Barcelona.

2. Este proyecto fue posible gracias a los recursos post-desastre. De alguna manera los desastres también son una oportunidad.

No sólo los desastres, las crisis también lo son. Además de ese Plan de Resiliencia para el parque, hemos llevado a cabo otros proyectos. Para fomentar la recuperación económica, el gobierno estaba buscando proyectos de resiliencia, la propuesta les gustó y pudimos conseguir nuevas oportunidades y financiación.

3. Ha vuelto a llover con esa intensidad en Nueva York, es decir, ¿Se ha puesto a prueba la eficacia del plan?

No, la navidad pasada cuando visité la ciudad, el pantano aún estaba en construcción. Ha sido un proyecto de unos cinco años, aunque todavía faltan las otras partes del parque. La planeación e implementación del plan toman tiempo. Además, al ser algo público, siempre hay diversas cuestiones que ralentizan el proyecto. Por ejemplo, el seguimiento de todas las normas en el momento de diseñar el plan para poder conseguir los permisos necesarios, teniendo en cuenta que su obtención implica un proceso lento.

Quizás este proyecto se podría hacer en tres o cuatro años, pero es imposible en un año o dos. No obstante, creo que lo más normal es realizarlo en cinco años o un poco más.

4. ¿Tú crees que después de Huracán “Sandy” se ha avanzado en esta agenda de hacer la ciudad de Nueva York resiliente?

Yo creo que sí. Después de “Sandy” el Ayuntamiento de Nueva York formó un Departamento de resiliencia –muy bueno– y que está avanzando mucho y son líderes mundiales en este ámbito. No conozco los detalles de su plan, pero estoy seguro que están planificando en temáticas como el cambio climático, mejorando la preparación para desastres, etc. Ahora tienen una estrategia para preparar la ciudad.

5. Si nos vamos a otros países ¿cuáles crees que serían las lecciones aprendidas en temas de prevención y resiliencia que se podrían aplicar?

Primero diría que no se puede hacer lo que siempre se ha estado haciendo, es decir, volver a implantar lo mismo que ya se tenía. En mi opinión, se tiene que mirar el desastre, el impacto que éste ha ocasionado, y verlo como una oportunidad para reconstruir mejor y preparar el terreno para el futuro. A la vez, pensar en una reconstrucción más justa. Normalmente, los barrios más afectados son los barrios donde hay más gente pobre. Así que lo mejor sería hablar con la gente afectada y pensar en qué sería lo mejor para esa misma población. Creo que organizaciones internacionales, como por ejemplo las Naciones Unidas, podrían ayudar a planificar y pensar en el futuro, aprender de otras experiencias para adaptarlas a lo que se necesita en cada barrio.

Por tanto, después de recuperarse de la emergencia creo que se tiene que pensar en cómo reconstruir la zona afectada mejor de lo que estaba antes del desastre y trabajar para estar más preparados la próxima vez. También hace falta considerar si tiene sentido planificar en ese mismo lugar, ya que, en ocasiones, si es un lugar expuesto a inundaciones, lo mejor es construir en otra parte.

6. ¿Cómo involucrar al sector privado en este tipo de desafíos de una manera que también privilegie o beneficie el interés público?

Lo que me preguntas me recuerda uno de mis proyectos con el Ayuntamiento de Nueva York, que nos llevó a preguntarnos cómo aprovechar la eficiencia y capital del sector privado, pero a la vez conseguir objetivos públicos.

Se trataba de una zona industrial que estaba siendo utilizada como vertedero después de haber sido un pantano natural. Concretamente, hacia los años 40’s llegaron diversas industrias que en muchos casos eran negocios informales –es decir, sin permisos. En 2005, por ejemplo, había como unos trescientos (300) talleres mecánicos, sin autorización para estar allí, y muchos inmigrantes trabajando en ellos. La zona se había convertido en una oportunidad para quienes querían montar una pequeña empresa, así como para la gente inmigrante que necesitaba trabajar en algo. Desde ese punto de vista, fue algo muy bueno.

Como la ciudad no había planificado esta zona, no había acceso a servicios, no tenían buenas infraestructuras, siempre estaba inundado porque el terreno estaba más bajo que el nivel del mar y estaba sin asfaltar. La ciudad quería cambiar esto y por ello se desarrolló un proceso de planificación en el que no sólo se involucró a la comunidad, sino que también al sector de la promoción inmobiliaria. A los promotores les preguntamos cuáles serían sus planes para las 25 hectáreas y les pedimos su análisis financiero del proyecto. Fue una primera etapa muy abierta que nos permitió entender mejor qué era posible. Con toda esta información creamos un plan para del ayuntamiento, que incluyó los mejores elementos sugeridos por la comunidad y por las empresas. Este plan tenía que ser viable para los futuros promotores inmobiliarios, pero también queríamos compartir los beneficios del proyecto con la comunidad y los promotores.

7. Hay un punto interesante a tratar respecto de este tipo de proyectos y es que son una suerte de “microcirugías urbanas” y éstas, si bien tienen muchas ventajas por cuanto permiten recuperar territorios, también tienen algunos efectos secundarios que hoy en día son muy criticados como es la gentrificación. ¿Qué piensas sobre la relación entre microcirugía y gentrificación?

Este es un tema complicado y, por tanto, no es un tema con una solución fácil. Si tenemos un barrio con muchos problemas, como el que acabo de mencionar, cuesta dejar el barrio tal como está. No obstante, siempre tenemos que buscar la manera de ayudar a la gente antes de empezar todo este proceso. Por tanto, es fundamental ayudar a los comercios para vender sus locales y a los empleados para mantener su trabajo o conseguir un nuevo trabajo. En otros proyectos se puede ayudar a la gente que vive en el barrio con acciones como la construcción de pisos de protección oficial o alquileres sociales, etc. En conclusión, conseguir que estas personas también se beneficien de la revitalización del terreno. Es complicado, pero creo que tenemos que intentar mejorar el barrio y, a la vez, ayudar a la gente que está allí. Pero no puedes llegar a soluciones que respondan a todas las situaciones personales y, al mismo tiempo, cambiar y mejorar las zonas de la ciudad. La complejidad del tema se refleja en que hace como veinte años que estamos hablando de ello y todavía no hay una respuesta completamente acertada.

8. El último tema por el que te quería preguntar tiene que ver con el del Máster Plan del Parque Olímpico de Londres en el que trabajaste. La pregunta clave, desde mi punto de vista, es ¿cómo conseguir que estos escenarios deportivos hechos para unas situaciones muy concretas, luego consigan articularse con la ciudad que ya existe? Que no sean como pequeñas burbujas que luego quedan en el olvido, sino que sean espacios que luego puedan ser integrados en la vida cotidiana de la ciudad.

Los mejores ejemplos sobre cómo aprovechar las infraestructuras de las Olimpiadas son las ciudades de Barcelona y Londres. Si nos centramos en el caso de Londres, sabiendo que es una ciudad global y con un buen estado económico, nos encontramos que las estructuras para los olímpicos se instalaron en una zona industrial que se encontraba menos desarrollada que el resto de la ciudad. Por ejemplo, antes de las Olimpiadas, un gran porcentaje de los edificios estaban desocupados, era una zona ubicada en un terreno contaminado y con cierta pobreza. Así pues, se desarrolló un Plan para la Ciudad de Londres que no consistió únicamente en conseguir atraer las Olimpiadas, sino que también se quiso aprovechar para mejorar ese tipo de zonas. Es decir, se pensó en el legado de las construcciones, en un proyecto de ciudad conjuntamente con el proyecto de las Olimpiadas.

9. ¿Qué tan fácil fue ajustar estas dos perspectivas? ¿Las del corto y las del largo plazo?

Es más complicado porque estás planificando dos proyectos al mismo tiempo, pero creo que fue muy acertado, ya que se pensó mucho en la utilidad de las construcciones después de las olimpiadas. Se quería conseguir más actividad en la zona y se propuso la construcción de espacios como centros culturales o parques… A la vez se necesitaba de inversiones nacionales e internacionales y, con este objetivo, se pensó en la construcción de un centro comercial, viviendas, y transporte público… Finalmente se consiguió atraer mucha inversión privada en un plan que era público y, por tanto, pensado para el beneficio de la ciudad.

En lo que respecta a los estadios concretamente, también se pensó en qué se haría con esos espacios después de las Olimpiadas. Por ejemplo, el Estadio principal, que era capaz de albergar a 80.000 personas, fue construido en una parte con estructuras permanentes y, en otra, temporales. Es decir, una vez finalizadas las Olimpiadas, la parte temporal, todos los asientos de esa parte, se pudieron quitar. Incluso salió más barato hacerlo de esta forma de lo que hubiera costado un estadio completamente permanente, especialmente por el costo del mantenimiento. Así mismo, creo que se aprovecharon para otros escenarios los materiales que eran temporales. Se trató de un proyecto sostenible, puesto que se pensó en no generar más basura y diseñar escenarios deportivos que pudieran ser utilizados en el largo plazo.

Es complicado hacer un proyecto pensando en la sostenibilidad del mismo, pero creo que vamos aprendiendo de cada ciudad que nos muestra que es posible. Esto está cambiando poco a poco la mentalidad de los gobiernos.

10 ¿Has tenido la posibilidad de regresar a Londres recientemente?

Si, y fui al Parque Olímpico que ahora es un parque público. El Parque Olímpico, como he comentado, mantiene la parte permanente que era la mitad de la parte temporal. Los extremos del parque colindan con barrios. Cuando fui había gente, había actividad, eventos conciertos…los pisos ya estaban vendidos y la construcción aún seguía con más elementos. No he visto ningún análisis, pero me parece que se ha hecho un buen trabajo.