Jordi Hereu, Presidente de IdenCity, Esteban León, experto en Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y Juca Ferreira, ex Ministro de Cultura de Brasil, estuvieron reunidos el pasado 7 de mayo en Barcelona, para analizar y explicar cómo la cultura puede ayudar a las urbes a generar un sistema más fuerte de convivencia y desarrollo.
El evento, denominado “¿Puede la cultura crear ciudades más resilientes?” y organizado por Global CAD, intentó explicar cómo la cultura puede ayudar a las ciudades a ser más resilientes, es decir, a tener un sistema tan fuerte como el cuerpo humano para reaccionar ante catástrofes, accidentes o el deterioro de su propio funcionamiento. Por ejemplo, la subida del nivel del agua en Venecia, el turismo en Barcelona o los huracanes en Nueva Orleans. Según los expertos convocados, la única receta es que cada ciudad tiene que encontrar la suya.
“La ciudad es cultura toda ella porque es uno de los productos culturales de la humanidad”, aseguró Jordi Hereu. El mayor reto en las ciudades, que en 2050 aglutinarán a tres de cada cuatro humanos, será tejer un “hilo invisible” entre los ciudadanos para darles herramientas que les permitan tomar el espacio público. En ese sentido, según el Presidente de IdenCity, “las ciudades están en una gran disyuntiva: o pasan a ser el escenario de todos los dramas de la humanidad o se convierten en el sujeto de su transformación”.
El 83% de los brasileños vive en metrópolis, frente al 20% que lo hacía en los años cincuenta, apuntó Ferreira. “El proceso fue avasallador, no hubo tiempo de pensar en urbanismo o en ecología… y la gente del campo llegó con sus tradiciones y valores propios que chocan con la cultura de masa de las ciudades”, explicó.
La aglomeración de personas de diferentes contextos dio pie a la desigualdad, que los tres expertos coinciden en que es el peor “tsunami” que golpea las ciudades. “El mundo se urbaniza porque hay aglomeración y mercado, pero sin un proyecto colectivo, la ciudad es mucho menos ciudad”, enfatizó Hereu.
Al respetar esa colectividad es cuando florecen proyectos como Vila Flores, el primer centro cultural de Porto Alegre, en Brasil, gracias a una joven heredera que decidió aislar de la especulación a un edificio de su familia para transformarlo en un lugar de creación para artistas. O la casa Geraçao Vidigal, una marca de moda hecha desde la favela Ciudad de Dios, en Río de Janeiro.
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