En este ecosistema de la Amazonía los alcaldes y alcaldesas de un centenar de ciudades se han comprometido a trabajar conjuntamente para realizar una labor coordinada dirigida a  preservar un espacio tan valioso

 

Escribo este artículo desde la amazonía boliviana, concretamente desde el municipio de Riberalta. Esta semana se ha realizado el Primer Evento Internacional de Ciudades Amazónicas en el que han participado alcaldes y alcaldesas de municipios de la región amazónica correspondientes a Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. Una región que comprende ocho millones de kilómetros cuadrados y que acoge a más de 38 millones de habitantes. Esta región es el principal pulmón del planeta Tierra y una reserva de la biodiversidad sin igual.

En la Amazonía conviven, aproximadamente, quinientas lenguas distintas y un gran número de grupos humanos de procedencias diversas, muchos de ellos indígenas que están viviendo en una vida los cambios que en otras regiones se han producido a lo largo de varias generaciones.

En este ecosistema, difícil por la falta de comunicaciones y por la extraordinaria diversidad que hemos señalado, los alcaldes y alcaldesas de un centenar de ciudades se han comprometido a trabajar conjuntamente para realizar una labor coordinada dirigida a  preservar un espacio tan valioso. Un espacio que, al mismo tiempo, pueda generar oportunidades para sus habitantes y sea un ejemplo de creación de riqueza a partir de nuevas fórmulas como la economía verde.

Se ha constatado la imperiosa necesidad de realizar una planificación estratégica basada en el pacto entre los diferentes agentes públicos y privados presentes en el territorio que permita saber hacia dónde dirigir los esfuerzos a partir de una realidad, de un legado que tiene que ver con el espacio físico, la cultura, las tradiciones, la historia….

Y hemos visto, también, que juntos van a ser más fuertes para hacer oír su voz y sus propuestas ante los gobiernos de los diferentes países y frente a las poderosas multinacionales que tienen grandes intereses en esa zona tan sensible. Hemos comprobado, en definitiva, que es imprescindible generar espacios de coordinación basados en la lealtad y la cooperación.