Leonardo Raimundo es intendente de la ciudad de San Lorenzo, en Santa Fe (Argentina), desde 2007. Se licenció en Ciencias Políticas y en Derecho. De su trayectoria política destacan su cargo como Presidente del Consejo Municipal de su ciudad y diferentes puestos en el partido político Unión Cívica Radical.
Durante la Smart City Expo World Congress, tuvimos el placer de compartir con él su pasión por las ciudades y, en concreto, por San Lorenzo. Aprovechando la ocasión, le hicimos un pequeño cuestionario, que adjuntamos a continuación:
Cúal ha sido el viaje de su vida?
Tuve la suerte de viajar por muchos lugares del mundo pero el viaje de mi vida es Argentina, la Argentina profunda, el norte argentino y el litoral, que es la zona donde está mi ciudad. Considero que ahí hay muchos lugares fantásticos para descubrir, a lo mejor porque es mi país. He tenido la suerte de visitar países de todos los continentes pero me quedo con el mío.
Si tuviera que escoger un lugar o rincón de su ciudad, ¿Cuál sería?
El nuevo sector costanero que tiene la ciudad de San Lorenzo frente al río Paraná, que es un río enorme, fantástico, que no solamente lo usamos para el turismo, sino para las cargas. Es un río donde pasan grandes buques y ver pasar los grandes navíos y transatlánticos pienso que es impresionante y emocionante. San Lorenzo es una ciudad portuaria e industrial pero creo que hemos dado un giro estos últimos años y el turismo histórico y estudiantil tiene cada vez más fuerza, lo hemos prácticamente triplicado.
Si le dijeran “haz las maletas ahora mismo y escoge un lugar del mundo”, ¿A dónde iría?
Me gustaría quedarme en Barcelona porque he aprendido muchas cosas. Me parece que es una ciudad muy interesante como ejemplo de auto-transformación, es decir, creo que ha logrado el proceso de decidir qué ciudad quiere ser y cómo, con esfuerzo, trabajo y tiempo.
Un sabor, un plato, un aroma…
Un buen asado argentino completo.
Se habla mucho del futuro de las ciudades. ¿Cómo visualiza las ciudades del futuro?
Las ciudades grandes son impresionantes, tienen todo a su alcance pero, a veces, se deshumanizan, es decir, se pierde la dimensión humana. Creo que hay que tender a construir ciudades a escala humana, donde no se despersonalice la ciudad, donde los habitantes sigan siendo personas, vecinos.
Una recomendación, de lo que sea.
Siempre he creído en la planificación democrática: necesitamos el consejo de los técnicos porque nos asesoran sobre el cómo, sobre el cuánto y sobre los costos, pero el cuándo y el qué tiene que definirlo la comunidad a partir de la apertura que sus líderes deben hacer al debate ciudadano. Los líderes, los alcaldes, los intendentes, los ayuntamientos y los consejos municipales deben fortalecer la participación ciudadana, guiar y sugerir, pero, entre todos, debemos decidir qué ciudad queremos ser para que realmente el proceso democrático sea el que oriente el crecimiento de la ciudad y no sólo el mercado y cuestiones puramente técnicas.